Cerro Largo Fútbol Club: una «inversión» que no cuadra

¿42.700 dólares mensuales un abogado?

Por: Fabián Magallanes.

Lejos de sorprendernos, solo reafirma lo que desde 2018 venimos narrando. El pasado 1 de agosto, Cerro Largo Fútbol Club firmó un compromiso económico por el que destina 35.000 dólares mensuales más IVA un total de 42.700 dólares mensuales para contratar a un abogado en el marco del proceso de licitación de los derechos de televisación del fútbol uruguayo.

El dato no es menor. Hablar de casi 43 mil dólares por mes en un club que en su pasado reciente ha tenido futbolistas y funcionarios recurriendo a la vía judicial para cobrar lo que les corresponde, que no cuenta con predio de entrenamiento propio y que depende en más de un 90 % del esfuerzo municipal para sostenerse, no es un detalle administrativo: es una contradicción profunda que merece ser puesta sobre la mesa.

Para quien no conozca en detalle cómo funciona este entramado, lo explicamos claramente:

El fútbol necesita infraestructura para desarrollarse. En este caso, el club entrena en el predio «Los Pinos», prestado por la Intendencia. Y compite en el Estadio Municipal Arquitecto Ubilla y la cancha 19 de abril, también cedido por el gobierno departamental. Es decir, no existe una estructura propia ni inversión privada sólida que justifique semejante gasto jurídico, mientras se continúa dependiendo del patrimonio de todos. Debemos sumarle al gasto municipal los servicios de funcionarios que a diario trabajan en el mantenimiento de esos espacios, consumos de agua, Luz, Internet, productos de limpieza, combustibles, maquinarias y hasta las escobas, aunque no lo crean.  Según nuestras estimaciones estos recursos mensualmente suman más de Tres millones de pesos ($3.000.000).

La dirigencia o más bien, el único personaje que toma decisiones defiende este gasto bajo el argumento de la «responsabilidad institucional» y la necesidad de contar con un «profesional de trayectoria internacional». Sin embargo, la pregunta es inevitable: ¿por qué se prioriza invertir 42.700 dólares mensuales en asesoramiento jurídico antes que, en infraestructura, salarios al día y estabilidad institucional?

Cualquier planificación estratégica razonable propondría, por ejemplo, la compra de un terreno donde la institución pudiera construir su futuro deportivo. Pero lejos de eso, no sería extraño que aparezca pronto un pedido de donación de hectáreas a la Intendencia, como si el esfuerzo público debiera seguir subsidiando decisiones privadas.

Y si se tiene capacidad económica para pagar esa cifra mensual a un abogado internacional, no hay motivo alguno para pedir donaciones de tierras. Tampoco excusa para ignorar a profesionales locales en derecho deportivo, muchos de ellos formados, competentes y con honorarios acordes a la realidad nacional. La cifra, por su magnitud, tiene más que ver con una jugada política que con una necesidad jurídica real.

Porque este movimiento trasciende a Cerro Largo FC. No se trata de fortalecer a una institución deportiva, sino de posicionarla como pieza en un tablero político mayor: la lucha entre la AUF y TENFIELD. En ese juego, los clubes chicos especialmente los que son dirigidos por obedientes funcionales son usados como fichas para ejecutar mandatos que no les generan beneficio alguno. A lo sumo, reconocimiento pasajero y lugares asegurados en mesas que poco tienen que ver con el desarrollo del deporte.

Cabe entonces preguntarse: ¿en 20 años de obediencia política, ¿qué se ha logrado en términos de crecimiento institucional? ¿Se han reinvertido las ventas de jugadores en mejoras estructurales? ¿Cuántos socios activos tiene hoy el club? ¿Qué rol cumple el Ministerio de Educación y Cultura frente a instituciones que operan con lógica empresarial, pero que siguen disfrazadas de clubes sociales? ¿Y el Ministerio de Economía? ¿No observa los movimientos millonarios de dólares que entran y salen de estos clubes sin rendición pública ni trazabilidad?

No se trata de atacar a colegas periodistas. Todos sabemos lo difícil que es enfrentar a los poderes enquistados en el fútbol nacional. Pero también es cierto que lo que no se dice, pesa. Y cuando los medios callan por conveniencia o por presión, el silencio se convierte en complicidad.

En nuestro caso, cuando lo dijimos en su momento, se operó para apagarnos el micrófono. Lo lograron. Pero lo que nunca imaginaron es que volveríamos a escribir. Porque cuando hay convicción, cuando la verdad se busca con responsabilidad, siempre encuentra un canal para expresarse.

Este no es un detalle menor. Es una postal precisa del estado actual del fútbol de este país. Instituciones que no son autosuficientes, que no invierten en lo esencial, pero que se mueven al ritmo de estrategias ajenas, priorizando intereses políticos sobre los deportivos.

Y mientras tanto, la gente sigue creyendo que esto se trata de fútbol y que por llevar una piel azul y blanca es Cerro Largo, les aseguro que el futbol de Cerro Largo es otra cosa……