Uruguay se planta contra el lavado en el fútbol: Pedro Bordaberry pide registro obligatorio de transferencias.
El fútbol es pasión, alegría, identidad… pero también, y no nos hagamos los distraídos, un terreno fértil para el dinero sucio. Y desde Cerro Largo lo sabemos muy bien: demasiadas veces el deporte se usó como pantalla para tapar negocios turbios.
Hoy, una propuesta sacude a la política y al deporte: el senador Pedro Bordaberry quiere ponerle fin a esa impunidad que se esconde detrás de la pelota. Su idea es tan clara como explosiva:
1- Que todos los clubes profesionales sean Sociedades Anónimas Deportivas o asociaciones civiles— pasen a 2- estar bajo la lupa de la ley de lavado de activos.
2- Crear un Registro Nacional de Transferencias Internacionales, donde quede todo escrito, sin margen para “olvidos” ni malabares: cuánto cobró el jugador, qué recibió el club que lo vende, qué paga el que lo compra, quiénes fueron los intermediarios y hasta el último centavo en comisiones.
3- Obligar a que todo se pague por medios electrónicos, eliminando de una vez por todas la práctica de los sobres en efectivo, que tanto daño han hecho.
El proyecto apunta a lo que todos comentan en voz baja pero nadie enfrenta: el fútbol profesional es hoy uno de los sectores más vulnerables al crimen organizado, un imán para el lavado de dinero disfrazado de pases millonarios, contratos de publicidad inflados o patrocinios que nadie sabe de dónde salen.
Desde nuestro lugar en Cerro Largo, no podemos más que respaldar esta iniciativa. Porque acá también hemos visto cómo la pasión genuina se mancha con intereses oscuros. Y si hablamos de transparencia, tenemos que exigirla.
¿El mensaje? Simple: si el fútbol quiere seguir siendo del pueblo, primero tiene que limpiarse por dentro. Porque la pelota podrá ser redonda… pero no puede seguir rodando entre las sombras.