Hoy no es un día más en Cerro Largo, no pasó desapercibido el anuncio de una actividad organizada en la Casa de la Universidad de Cerro Largo, donde un diputado del Frente Amplio presentará y debatirá una propuesta política concreta. El afiche difundido por todas partes indica claramente que es una actividad político-partidaria.
Más allá del contenido de la iniciativa, que puede ser válida, discutible o incluso necesaria de debatir, lo que preocupa es el uso de un espacio educativo para la realización de una actividad con un claro tinte partidario.
La Universidad debe ser un ámbito de libertad, pluralidad y pensamiento crítico. Allí deben coexistir voces diversas, académicas y sociales, sin que el recinto se convierta en un comité político disfrazado de conferencia académica. No se trata de restringir la palabra, ni de censurar ideas pues de restricciones de palabra y censura si sabremos nosotros… al contrario, se trata de preservar la neutralidad institucional de un lugar que debe servir a todos por igual.
Cuando se abre la puerta a actividades de un solo signo político en espacios educativos, se corre el riesgo de naturalizar un uso partidario de lo público. Y lo público, conviene recordarlo, no pertenece a un partido ni a un sector: pertenece a la sociedad en su conjunto.
Quienes defendemos la libertad y la democracia debemos ser coherentes. Libertad no es imponer un discurso desde espacios que deberían ser neutrales, sino garantizar que esos espacios sigan siendo de encuentro, de debate y de construcción colectiva, sin banderas políticas que los condicionen.
En un país que necesita más educación, más conocimiento y más formación ciudadana, sería un grave retroceso confundir universidad con mitin, o aula con tribuna partidaria.
La defensa de la educación pública también implica defender su independencia.
Fuentes de la propia Casa de la Universidad no aseguran que dicho afiche el cual desde la Lista 1001 hicieron circular públicamente y en grupos de la coalición de izquierda a nivel departamental fue desaprobado automáticamente por el concejo asesor de la Casa Universitaria y se solicitó de inmediato quitar logo del Frente Amplio, así como también el numero de la Lista. Se acató la medida tomada y se rediseño el afiche de la discordia.
Este es el afiche final que poco se vio ya que el malestar y la repercusión se la quedó el primero que sin dudas fue hecho con la única intención de dar a conocer una actividad político-partidaria.
El tristemente famoso afiche de la lista 1001 del Frente Amplio es un ejemplo de oportunismo político descarado. Invitar a un diputado a la Casa de la Universidad de Cerro Largo viola la neutralidad y el carácter público del espacio, financiado por todos los uruguayos. No es un debate académico, sino un uso indebido de recursos y confianza para fines partidarios. Aprovechar una institución educativa para promoción política es irresponsable y perjudica tanto a la universidad como a la ciudadanía, que espera respeto y seriedad en sus espacios públicos.
Por: Fabian Magallanes